Bienvenidos una entrada más a nuestro blog de fisioterapia.
Para comenzar, vamos a definir qué es un cólico de lactante.
Se denomina cólico de lactante al llanto incontrolable y paroxístico de un
bebé, sin causa aparente. Es
más frecuente a últimas horas de la tarde y suele
aparecer en niños de entre las dos semanas y los cuatro meses de vida. Sus síntomas principales son la rigidez, la
flexión del miembro inferior sobre el abdomen y la distensión abdominal
provocada por la producción y acumulación de una cantidad excesiva de gases en
el tracto intestinal.
Para diagnosticar un cólico de lactante se usan los
criterios diagnósticos de Wessell, que dicen que para que el llanto del
bebé
sea por un cólico, este debe durar 3 semanas, en las que llore 3 días de la
semana durante 3 horas cada día.
El bebé que lo padece no suele tener término medio; o está normal, sonriente y
alegre, o está
llorando, con dolores agudos, flexionado sobre sí mismo, con el abdomen en
tensión.
Según las A.E.P (Asociación Española de Pediatría) existen 3
teorías sobre su causa:
-
Causa psicológica: conducta inadecuada de los padres
ante lo que le pasa al niño (ansiosos, inseguros…).
-
Causa digestiva: inmadurez del intestino.
-
Causa alérgica: intolerancia a la proteína de la
leche de la vaca, trasmitida por la leche materna cuando la madre ingiere
productos que la contienen.
El tratamiento consiste en tranquilizar a los padres y
establecer rutinas diarias y patrones de sueño. A veces se precede a dilatar
suavemente el esfínter anal con vaselina para aliviar los síntomas. Reducir la
entrada de aire cuando toma con el biberón y que eructe bien en las tomas
también ayuda en su tratamiento. Una medida importante sería que la madre
realizara una dieta libre de proteína de leche de vaca y eliminando cualquier
excitante como el café o el té.
Dentro de este tratamiento se pueden incluir pautas
fisioterápicas, como pueden ser:
-
Masaje: realizarlo en el abdomen del bebé en
dirección de las agujas del reloj, pudiendo hacerse antes o después de comer.
-
Osteopatía: las vísceras están inervadas por el
Sistema Nervioso Autónomo (Vegetativo), más concretamente, en esta afección las
vísceras relacionadas están inervadas por el Nervio Vago. Realizando osteopatía
craneal podemos tratar la afección del Agujero Rasgado Posterior liberando el
Nervio Vago. Mediante la osteopatía visceral tratamos el propio intestino.
Vamos a hablar un poquito más del tratamiento en
fisioterapia ya que este blog trata principal mente de la fisioterapia.
Comenzaremos el tratamiento fisioterápico realizando una anamnesis
que nos dará la información necesaria para empezar la exploración.
Durante la inspección valoraremos la charnela altantooccipital,
las tensiones pélvicas y la charnela lumbrosacra y toracolumbar. Se realizaran
test de movilidad y de palpación para buscar restricciones de movimiento o
cambios en la calidad de los tejidos.
Se observará el abdomen y su textura para catalogarlo como
timpánico, espástico o mixto, lo que nos permitirá elegir las maniobras que
están indicadas y su intensidad.
Es recomendable, dado que los bebés son muy pequeños,
utilizar técnicas de balance de la tensión ligamentosa y de balance de la
tensión membranosa.
Para relajar tensiones en la nuca y en la pelvis se
realizan maniobras suaves, mejorando el control nervioso del sistema digestivo,
además relajan al bebé y le ayudan a descansar.
Finalizaremos el tratamiento relajando la zona del diafragma para mejorar la respiración y flexibilizaremos todo el tubo digestivo del abdomen para mejorar su movilidad y ayudaremos a evacuar los gases y la materia fecal.
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BIBLIOGRAFÍA
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