Estos consejos de ergonomía postural
tratan de ayudarnos a realizar bien muchas tareas cotidianas para así evitar
posibles molestias en la espalda por una mala postura. Muchas de las tareas
domesticas suponen un gran esfuerzo para su espalda. Hay diversas maneras de
protegerla al barrer, pasar la aspiradora, limpiar los cristales, planchar,
fregar los platos, trabajar en la cocina, hacer las camas o ir a la compra.
Barrer y
fregar el suelo
Al barrer y fregar el suelo, asegúrese de que la longitud del palo de la
escoba o fregona es suficientemente largo como para que toque el suelo sin que
se incline. Si no es así, cambie el palo de la escoba o fregona porque si no estará
haciendo una sobrecarga en su espalda. Las manos deben poder sujetar la escoba
o fregona manteniéndose entre la altura de su pecho y la de su cadera. Al
barrer o fregar, mueva la escoba o fregona lo más cerca posible de sus pies y
hágalo tan solo por el movimiento de los brazos, sin seguirlos con la cintura,
asegurándose de que su columna vertebral se mantiene constantemente vertical y
no inclinada.
Planchar la ropa
Al planchar, la
tabla de planchar debe ser relativamente alta, llegando hasta la altura del
ombligo o ligeramente por encima. Si está de pie, mantenga un pie en alto y
apoyado sobre un objeto o reposapiés y alterne un pie tras otro. Si en algún
momento debe hacer fuerza sobre la superficie, baje el pie del reposapiés,
retráselo en relación al otro pie y apoye la mano con la que no sujeta la
plancha en la mesa. De esta forma su peso estará mantenido por la mano con la
que se apoya y sus dos pies, y no lo soportará su columna.
Fregar los platos
Al fregar los
platos, asegúrese de que el fregadero está aproximadamente a la altura de su
ombligo, de forma que pueda sostener un plato en él con la columna recta y los
codos formando ángulo de 90º. Mantenga un pie en alto apoyado sobre un objeto o
reposapiés y alterne un pie tras otro, vigilando que su columna se mantiene
recta.
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