Antes de meternos en materia, vamos a recordar un poco la anatomía de la rodilla:
La rodilla se compone de huesos (tibia, fémur, rótula y peroné, que aunque
no de forma directa, también forma parte de esta articulación) y partes cartilaginosas,
reforzadas por la musculatura del cuádriceps (que recubre la rótula con el
tendón cuadricipital, que pasa a llamarse rotuliano en su inserción, en la
tuberosidad anterior de la tibia).
Ya que vamos a tratar una lesión ligamentosa, les concederé una pequeña
explicación a estos sustentadores de la articulación.
- LIGAMENTO
LATERAL (interno y externo): el ligamento lateral interno (LLI) estabiliza la
rodilla en el plano frontal, limitando los movimientos hacia dentro, evitando
el valgo de rodilla. El ligamento lateral externo (LLE) evita que la rodilla se
deforme en varo, es decir, hacia fuera.
- LIGAMENTO
CRUZADO (anterior y posterior): el ligamento cruzado anterior o antero-externo
(LCAE) impide el desplazamiento hacia delante de la tibia con respecto al fémur
y proporciona cierta estabilidad rotacional. El ligamento cruzado posterior o
portero-interno (LCPI) impide el desplazamiento hacia atrás de la tibia con
respecto al fémur.
- MENISCO
(interno y externo): el menisco interno (tiene forma de C) y el menisco externo
(tiene forma de O) son un sistema amortiguador, que ayuda a la lubricación de
la articulación y limita las capacidades de flexo-extensión y de rotación.
- ¿Qué es una TRIADA de rodilla?
La “Triada de O´Donoghue” también es conocida por “triada desgraciada”,
“triada infeliz” o “triada triste de rodilla”. Ya con estos nombres podemos
hacernos una idea de la gravedad de la lesión.
Pues sí, esta es una de las peores lesiones de rodilla, ya que nada te
asegura tu recuperación total y para poder rendir en cierto tipos de
profesiones es imprescindible la operación.
Esta patología consiste en la rotura conjunta de:
1.
Ligamento
cruzado anterior.
2.
Menisco
interno.
3.
Ligamento
lateral interno.
Existe una variante de la lesión conocida como “pentada”, que consiste en la rotura de ambos ligamentos laterales, ambos meniscos y el ligamento cruzado anterior.
Existe una variante de la lesión conocida como “pentada”, que consiste en la rotura de ambos ligamentos laterales, ambos meniscos y el ligamento cruzado anterior.
-
¿Cómo se produce?
Para que se
produzca este tipo de lesión es necesario que haya una suma de movimientos que
lesionen las 3 estructuras.
Debe de
realizarse una desaceleración brusca o una parada repentina, acompañada de un
cambio de dirección con la pierna apoyada en el suelo (en carga), provocando la
rotación externa de la tibia sobre el fémur, es decir, se necesita que la
rodilla se encuentre semiflexionada y que se genere un valgo forzado de la
rodilla.
Cuando se produce la lesión se suele escuchar un fuerte chasquido, seguido de un dolor intenso e inestabilidad en la rodilla.
Cuando se produce la lesión se suele escuchar un fuerte chasquido, seguido de un dolor intenso e inestabilidad en la rodilla.
En un principio
los ejercicios que se realizaran serán isométricos (contracciones de la
musculatura en una posición mantenida).
Se continuará con unas series de trabajos ejecutando los movimientos de flexo-extensión de cadera y separación (abducción) y aproximación (aducción), impidiendo el movimiento con una pequeña resistencia (un lastre o un peso).
Se continuará con unas series de trabajos ejecutando los movimientos de flexo-extensión de cadera y separación (abducción) y aproximación (aducción), impidiendo el movimiento con una pequeña resistencia (un lastre o un peso).
-
¿Cuál es su tratamiento?
Con el tema de
cómo tratarlo es una pregunta que se hacen los profesionales a la hora de
valorar la lesión.
Primero y ante todo comentar que si la rotura del ligamento lateral interno no es completa, su intervención quirúrgica es innecesaria, porque cicatriza solo.
Con el ligamento cruzado anterior no tenemos tanta suerte, para su recuperación es necesario operarlo, pero entonces se plantea otra controversia, ¿es necesario operar el ligamento para que haya estabilidad en la rodilla? La verdad es que muchos profesionales piensan que no influye en la estabilidad, porque la articulación posee estructuras estabilizadoras, como el cuádriceps y los isquiotibiales.
Primero y ante todo comentar que si la rotura del ligamento lateral interno no es completa, su intervención quirúrgica es innecesaria, porque cicatriza solo.
Con el ligamento cruzado anterior no tenemos tanta suerte, para su recuperación es necesario operarlo, pero entonces se plantea otra controversia, ¿es necesario operar el ligamento para que haya estabilidad en la rodilla? La verdad es que muchos profesionales piensan que no influye en la estabilidad, porque la articulación posee estructuras estabilizadoras, como el cuádriceps y los isquiotibiales.
La operación también dependerá del estilo de vida del paciente.
Aunque
conozcamos la teoría la última palabra del tratamiento a seguir se decidirá
conjuntamente con el médico traumatólogo, el fisioterapeuta y el paciente.
-
¿Cómo debe ser la rehabilitación?
Es necesario
llevar a cabo un programa de rehabilitación intenso, intentando conseguir una
total estabilidad en la rodilla, fomentando la potenciación muscular y la
recuperación propioceptiva.
Es importante
conseguir la flexión que la articulación tenía antes de la lesión, pero, sobre
todo, es necesario recuperar la extensión completa, ya que es vital recuperar
la marcha normal lo antes posible.
La potenciación
muscular consistirá en ejercicios de
fortalecimiento de la musculatura que rodea la rodilla, dándole suma
importancia a al vasto interno, ya que proporciona estabilidad a la rodilla lesionada.
La siguiente fase del fortalecimiento será con una bicicleta estática y con series de sentadillas y subidas y bajadas a un cajón.
La siguiente fase del fortalecimiento será con una bicicleta estática y con series de sentadillas y subidas y bajadas a un cajón.
Finalmente se
procederá a comenzar la carrera continua y los ejercicios en el gimnasio.
Para recuperar la propiocepción se han de realizar lo que podríamos llamar comúnmente “equilibrios”. Por ejemplo, manteniéndose a la pata coja, ponerse de puntillas con el pie apoyado o cerrar los ojos, que te pasen un balón y tener que mover el cuerpo para cogerlo, ponerse en una colchoneta y flexionar y extender la rodilla…
La
propiocepción es un sentido interoceptivo y consiste en que nuestro cerebro
tenga conciencia del estado interno del cuerpo.En fisioterapia
lo trabajamos para reeducar estas estructuras con el objetivo de favorecer las
respuestas automáticas y reflejas.
A modo de conclusión os pongo una cita que siempre hay que tener en cuenta si eres deportista:
A modo de conclusión os pongo una cita que siempre hay que tener en cuenta si eres deportista:
“Solamente
una meta se permite en el tratamiento del atleta, vale decir, la recuperación
completa. Si el paciente no se recupera completamente, no continua siendo un
atleta” (Donald
H. O´ Donoghue).
Suerte a
todos los lesionados de rodilla, esforzaros a máximo en vuestra recuperación y
no os desaniméis nunca, apoyaros en vuestro entorno social. ¡¡¡A por todas!!!
BIBLIOGRAFÍA
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